La parte este de Islandia es, seguramente, la mayor desconocida del país. Nada más acceder a ella desde la parte oeste encontramos dos de sus principales atractivos: el Parque Nacional de Skaftafell y los glaciares de Jökursarlon y Fjallsárlón. A partir de aquí el viaje transcurre en carreteras que bordean la costa, sorteando los diferentes fiordos y que encuentran en los pueblos pesqueros el punto de descanso ideal en una jornada sobre el asfalto.
Cascada de Svartifoss
Esta cascada se encuentra en el corazón del Parque Nacional de Skaftafell y destaca sobre el resto de cascadas por las columnas basálticas formadas por la lava hace miles de años. Dichas formas se pueden encontrar también en la Playa de Vik o, fuera de Islandia, en la Calzada del Gigante de Irlanda del Norte o la isla de Staffa en Escocia. La estética ha sido fuente de inspiración para los arquitectos que diseñaron la iglesia de Reikiavik. El camino desde el parking discurre por un sendero de tierra y el tiempo caminando es de aproximadamente de 20-30 minutos.


Glaciar Jökursarlon
Es el glaciar más grande de Islandia, con unos 18 kilómetros cuadrados de extensión y una profundidad de 200 metros. Apareció por primera vez en la década de los años 30 y con el paso del tiempo fue fusionándose de forma natural con otros glaciares, formando el gran glaciar que puede avistarse en la actualidad. Ha aparecido en grandes sagas como 'Tomb Raider' o en el videoclip del popular cantante canadiense Justin Bieber en su sencillo "I'll show you".



Glaciar Fjallsárlón
El glaciar se encuentra relativamente cerca del mar y en verano es habitual ver focas en las gélidas aguas con grandes fragmentos de hielo flotando ya que anidan por los alrededores. Limita en la parte norte con el volcán Öraefajökull y es posible contratar paseos con barco por el mismo.



Los pueblos del Este
El este de la isla está repleto de pequeños pueblos cuyo principal sustento ha sido y sigue siendo la pesca. No pudimos disfrutar de una jornada despejada y, de hecho, el tiempo fue bastante malo.



Durante el trayecto en coche encontrarás diferentes puntos interesantes, como la siguiente playa de arena negra donde degusté el tradicional y popular yogur islandés, el Skyr. Elaborado a base de leche, su textura es bastante densa y recuerda más a un queso fresco que a un yogur. Su contenido bajo en grasas y alto porcentaje de proteínas lo convierten en un alimento ideal. Su precio es de unos tres euros para 400 gramos.



Las ovejas islandesas
Estos animales se encuentran literalmente por todos y cada uno de los rincones de la isla. Diversos estudios apuntan que hay tres veces más ovejas que personas en Islandia y, la verdad, es que no me extrañaría. Aunque campan a sus anchas en primavera y verano, son recogidas y reunidas en invierno para aprovechar su leche y, sobre todo, la lana que repele el frío extremo en los meses de invierno.
